Juana Francisca

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INTRO:

   

                                           

Juana Francisca la piazo e' diabla, vive en un rancho trasquila  ito,(Bis)

                                           

en el ranchito tiene una chiva, tiene una chiva con dos chivitos,

                                             

tiene una puerca, tiene una burra, tiene una perra y dos carajitos,

                                           

con la barriga como un taparo y las nalgas secas como un sapito.

INTERLUDIO:

                          

Ta, tan, ete, tan, ta, tan, ete, tan, ta, tan.

                

La, lai, la, lai la...  

        

Ti, taqui, taqui...  

                                               

Juana Francisca la piazo e' diabla, amarró la chiva con los chivitos

           

La, lai, la, lai la...  

                                               

Juana Francisca la piazo e' diabla, amarró la chiva con los chivitos,

                                             

ordeña que ordeña, ordeña que ordeña, para que coman los carajitos,

                      

la rai, larai, para que coman los carajitos, na, na

INTERLUDIO:

        

Ti, taqui, taqui...  

                 

La qui, lilan, laqui...  

                                          

Juana Francisca la piazo e' diabla, vive borracho trasquilaito

          

ililan, ililan, ililan, lilan

                                       

Vive borracho trasquilaito, en el ranchito tiene una chiva,

                                             

tiene una chiva con dos chivitos, tiene una perra, tiene una burra,

                 

tiene una puerca y dos caraj itos.

                           

Con la barriga como un taparo, compai     por el hambre...

                                          

y por las lombrices... y el rabo seco como un sapito...

                                      

por falta de alimentos... esa es la vida en esta patria, caramba...

   

Un comentario

  1. Juana Francisca Arriechi y el Martirologio de sus Siete Hijos
    Junio 24, 2012
    En la antiquísima tradición judeocristiana existe una idea que es también una aceptación: el martirologio. Tan antigua es como el pasaje bíblico de los Siete Hermanos Macabeos, quienes por negarse a rendir culto a dioses extranjeros fueron arrestados junto a su madre por orden del rey sirio Antíoco Epífanes y cruelmente asesinados. Todos los judíos veían en tal historia un reflejo de la actividad de Dios. Esta tenaz resistencia contra la dominación foránea ha sido un signo distintivo del pueblo hebreo.
    Cuando en tierras venezolanas ocurriera un hecho semejante, no faltó quien le diera el calificativo de Los Siete Macabeos de la Independencia, lo que está en concordancia con la construcción de nuestra historia desde la historiografía literaria costumbrista, la cual produjo imágenes sobre la idea de nación y de pueblo. Don Tulio Febres Cordero, un auténtico publicista de la Independencia les dio a los hermanos Torres el calificativo de los Siete infantes de Lara Caroreños.
    Y fueron los siete hijos de esta mujer, Juana Francisca de Arriechi, esposa de Francisco José de la Torre, los Siete Hermanos Torres, los que dieron la vida para poner fin al colonialismo español en tierras americanas. En esta vorágine de crueldad y sangre que fue nuestra Gesta Patria, ofrendaron sus vidas estos siete heroicos caroreños, pertenecientes a una añeja familia tenerifeña de la cual también procede el sabio Doctor Juan Agustín de la Torre, quien desde el rectorado de la Universidad de Caracas, intentó otra emancipación no menos importante que la autonomía política: la independencia intelectual.
    San Juan Bautista del Portillo de Carora era a fines del siglo XVIII una ciudad eminentemente artesanal, un lugar de descanso de los viajeros a Coro, Trujillo y Barquisimeto. Su espíritu religioso era muy acentuado, a tal punto que en el siglo pasado se le conoció como la Ciudad levítica de Venezuela. En esta atmósfera religiosa, al calor de sus múltiples cofradías o hermandades, se incubaron dos imaginarios colectivos singulares: la Leyenda del Diablo y la Maldición del Fraile.
    Cuando el Marqués del Toro, conocido como Primer soldado de la República, pasa por Carora a combatir a los realistas de Coro, se le suman Pedro León Torres, sus hermanos y otros futuros patriotas caroreños. De tal manera comienza, tempranamente, en 1810, y en la alborada republicana, la aventura y el martirologio de los hermanos Torres.
    El Comandante Juan Asisclo muere a los 30 años en la Puerta de Bobare en 1813; el Teniente Coronel Bruno del Rosario fallece en la Campaña de Guayana en 1820. Apenas tenía 35 años. El General de Brigada Pedro León Torres, llamado el León de las Llanuras caroreñas, es derribado de un balazo en la hecatombe de Bomboná. Ascendido a General de División en el campo de batalla por el Libertador cuando apenas contaba con 34 años. Muere el 22 de agosto en la población de Yacuanquer, Colombia. Sus restos esperan aun por ser repatriados a Venezuela. El Capitán Miguel María muere en Bogotá en 1814 a los 21 años de su nacimiento. Bernardino Antonio es fusilado a los 18 años cerca de Sarare en el año terrible de 1814. Finalmente cae abatido a los 25 años Juan Bautista en el Asalto a Barquisimeto. El Coronel Francisco José del Rosario fue el único de los hermanos Torres que sobrevivió, pues murió en Valencia en 1850.
    Juana Francisca Arriechi era de ascendencia viscaína. En 1764 se afilió como cófrade de la hermandad del Santísimo Sacramento de Carora; casó en Carora el 27 de julio de 1778 con don Francisco de la Torre. Fue enterrada en Arenales el 12 de junio de 1812, por lo tanto no pudo enterarse de la sacrificada y heroica muerte de siete de sus 12 hijos. Tres de sus hijas, Manuela, María de la Concepción y María de los Reyes fueron de igual manera, dice Ambrosio Perera, fervientes en el amor a las ideas libres.
    La vieja maternidad de la calle Lara de Carora tenía desde la década de 1940 el nombre de la madre de los Siete héroes. La moderna maternidad, ubicada en la calle Zubillaga, al lado del hospital San Antonio, es inaugurada en 1979, llevaba de igual manera el nombre de la madre de los Siete Macabeos de la Independencia de Venezuela, Juana Francisca Arriechi, nombre que lamentablemente le ha sido quitado a la Sala de Partos del novísimo Hospital Pastor Oropeza, abierto en 1989.

    cronistadecarora@gmail.com

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