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Si hoy no valgo ni un centavo y vivo en la carraplana
el culpable es un guayabo que, en mi alma, sembró una dama.
Como la amo locamente me dió un golpe de campana
que hasta de seguir viviendo se me quitaron las ganas.
Fue muy grande la tristeza que sentí aquella mañana
cuando con delicadeza la llamé por su ventana.
Se me acercó una persona diciéndome: mira fama,
si estás buscando a tu novia, se fue este fin de semana.
Por aquí paso buscándola un tipo con una Autana
y estuvo un rato besándola en aquella campechana.
La llevó a su camioneta le puso un suéter de lana.
La monto, trancó la puerta y arrancaron pa Guayana.
Por esa injusta traición mis lagrimas se derraman
y siento que aquí en mi pecho me esta quemando una llama.
Será porque me lastima esta herida que no sana,
haciendo que mis lamentos se los trague la sabana.
Como todavía la quiero extraño su piel lozana,
sus labios tiernos y dulces como la misma manzana.
Sé bien que me abandonó porque reales no manan
pero el día menos pensao se voltea la palangana.
Allá en Valle de la Pascua saliendo pa Chaguaramas,
por cuestiones de la vida me tropecé con su hermana.
Hay mismo le pregunté dame razón de Mariana
que quiero volver a verla a pesar que no me ama.
Me dijo: antier se casó con un negro de Palmana
que tiene mucho ganao y una flota de chalanas.
Hay sí que mis esperanzas se pusieron más lejanas
y sentí que a mi guayabo le endurecieron las ramas.
Dicen que con aguardiente este dolor se aliviana,
por eso brindo con ron si hoy se acaba mi buchanans.
No importa que bien borracho me sorprenda la mañana,
recordándola bonito para llorar con mas ganas.
VIDEO DE LA CANCIÓN